Sillas de plástico imposibles de ver? ¡Te revelaré todos los trucos para blanquearlos a la perfección!

Esta descomposición del material es absolutamente normal y se debe al paso del tiempo. Los electrodomésticos, las sillas de jardín, las encimeras son víctimas del desgaste y su estado suele empeorar debido a los rayos del sol que aceleran el proceso de amarilleo.

Así, los objetos parecen anticuados y descuidados, aunque los cuidemos constantemente y los limpiemos con cuidado.

El mantenimiento rutinario no es suficiente.

Para blanquearlas, debemos tomar algunas precauciones. No te preocupes, no tendrás que gastar mucho dinero, ¡no se trata de buscar los mejores productos del mercado! Lo que proponemos es un método de muy bajo coste sin el uso de agentes químicos o industriales, ¡pero es muy eficaz!

Veamos juntos cómo proceder.

¿Sillas de plástico imposibles de ver? ¡Te revelaré todos los trucos para blanquearlos a la perfección!

Empecemos por el problema más común: ¡las sillas de exterior! A menudo, cuando reorganizamos el jardín y la terraza, notamos que se han amarilleado durante el invierno, a pesar de que cuando los guardamos estaban impecables e impecables. El frío, la humedad y la luz solar provocan el amarillamiento de los plásticos, que puede resolverse fácilmente. Humedece un paño en vinagre de vino blanco y frótalo sobre la superficie, frotando en las zonas más comprometidas. En resumen, la pátina amarillenta se desvanecerá y sus sillas volverán a estar inmaculadas.

Otro método muy efectivo, no solo para estos objetos, sino también para electrodomésticos, encimeras, puertas y muebles, implica el uso de agua oxigenada. De nuevo, se debe aplicar puro y dejar actuar durante una hora. Al final de la instalación, simplemente enjuague cuidadosamente y seque bien. Muy sencillo, ¿verdad?

Pero vayamos al verdadero as bajo la manga de toda ama de casa que tiene la intención de renovar el plástico amarillento: ¡la pasta de dientes! Aunque parezca impensable, marcará la diferencia, siempre y cuando utilices la versión blanqueadora.

Use un cepillo de dientes viejo y usado: no solo es fácil de manejar, sino que puede llegar a lugares a los que de otro modo sería difícil llegar. Extiende un poco de pasta de dientes, frótala por toda la superficie, insistiendo donde sea necesario. Debes hacer movimientos circulares exactamente como lo haces cuando te cepillas los dientes. Dejar actuar unos veinte minutos, luego secar con un paño suave y ligeramente húmedo para eliminar el exceso.

Si una primera capa no es suficiente, repita, agregando la punta de una cucharadita de bicarbonato de sodio. De esta forma, potenciarás el poder blanqueador de la pasta de dientes. La acción ligeramente abrasiva del bicarbonato de sodio penetrará entre los polímeros y hará que sus objetos sean blancos como la nieve.

Fácil, ¿verdad?